jueves, 28 de octubre de 2010

La construcción de un frente progresista para 2011


Aquí van 10 puntos programáticos orientados a la implementación de una alianza progresista no kirchnerista para las elecciones de 2011.

Dedicado especialmente a los que piensan que en la oposición no hay ideas, que son todos iguales, y bla, bla, bla (los "bla" en el orden que 6-7-8 indique, ¡no vayan a cambiar una coma, che!).

Virtudes y aciertos de Néstor Kirchner (nobleza obliga)

Como hoy es un día muy especial, y ya he criticado bastante a Kirchner, me parece que es tiempo de hacer una semblanza y rescatar algunas cosas positivas de su gobierno, o del de Cristina, o del kirchnerismo en particular, o bien algunos sucesos acaecidos en estos años, sin intervención suya, pero que han dejado su marca. Quisiera hacerlo, más que nada, por una cuestión de honestidad intelectual y de balance (no todo es positivo ni negativo, blanco o negro, necesariamente, y esto va también en parte para ciertos oficialistas). Son ideas que ya tenía, y que he sostenido por separado, pero ahora busco conjugarlas en una sola formulación.
Hay mucho híbrido dando vueltas, pero yo no tengo tapujos en llamarme opositor. Nunca fui kirchnerista, lo que he de suponer que no me hace ni más ni menos persona; es necesario diferenciar determinada visión general de un fenómeno político con la particularidad de ciertas medidas, ideas o bien comportamientos de quienes forman parte de ese fenómeno (ambas cosas pueden contradecirse: otro llamado de atención a ciertos oficialistas y, por qué no, opositores también).
Quedaron muchas acciones pendientes, aunque tuvieron (él, su esposa y compañeros políticos) siete años. No obstante, el hecho de que pueda rescatar más datos positivos de Kirchner que de cualquier otro presidente es significativo, aunque no decisivo, pues lo sobreviven determinados yerros, contradicciones, indefiniciones de rumbo, etcétera.
Por virtud me refiero a determinada característica personal, o a ciertos efectos que la actuación política que el ex presidente produjo. En cambio, acierto alude a las medidas tomadas, a las cuales yo personalmente adhiero.
En fin, rescato lo siguiente:

  • La reapertura de los juicios por crímenes contra la humanidad, para mí la principal medida tomada en estos siete años, o al menos la más significativa en lo jurídico (las cuestiones de derecho del caso le llevaron a la Corte Suprema ¡120 carillas! resolverlas en el fallo "Simón"), la nulificación de las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final (por ley 25.779, de 2003). Cuando se descolgaron los cuadros de los represores, yo tenía apenas 14 años. Ha debido pasar mucho tiempo para que lo valorara en su justa medida. Que el 24 de Marzo sea feriado, recupere su significación y nos permita ir a la Plaza a conmemorarlo;
  • La Ley de Medios;
  • La Asignación Universal por Hijo, más allá de la manera en que se actuó cuando la propuso la oposición, tildándola de "disparate", es una medida positiva para una mayor justicia social e inclusive es una medida eficaz para ayudar a la escolarización de los niños;
  • Ley de Matrimonio Igualitario, aunque el impulso primordial no haya sido del kirchnerismo;
  • Una nueva forma de hacer política, más descontracturada quizá. Una proximidad distinta con la gente;
  • Ampliación de derechos civiles y sociales en general, liberalización de la sociedad, eliminación de ciertos prejuicios o pautas discriminatorias, buena labor del INADI;
  • Tomó un país en las peores condiciones: peor no se podía estar. Y, para bien o para mal, ya no se está en una situación terminal. Al menos, ciertas creencias comunes se mantienen a nivel social, disminuyó el grado de desintegración de la sociedad;
  • Modificación de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que hoy es de una jerarquía impecable. Falle lo que falle, siempre es con fundamento jurídico más que suficiente. Los currículum de sus miembros son frondosos. Y admiro al maestro Zaffaroni por su ideología jurídico-penal (tal vez el Tribunal tenga una orientación bastante orientada al Derecho Privado, por demás, pero no deja de ser una Corte excelente, mucho más comparada con la anterior);
  • Encabezar el rechazo al ALCA (gracias, 678, por hacerme acordar), en Mar del Plata, 2005;
  • Una actitud distinta de los jóvenes frente a la política, acercándolos, quitándonos el prurito a lo que es la izquierda o centro-izquierda (encarnado en la frase de Mirtha Legrand referida al "zurdaje");
  • Integración con el resto de América Latina, dejando de lado vínculos (casi siempre carnales) con EEUU y países europeos;
  • Crecimiento económico, que de por sí no modifica las condiciones sociales (a menos que se crea en las viejas y caducas teorías de la "mano invisible" o "del derrame", de probada ineficacia). Por lo demás, un crecimiento importante, considerable, pero que no ha disminuido las fronteras entre el 20% más rico y el 20% más pobre. Es más, las aumentó;
  • Pago de las deudas con el FMI y los tenedores de bonos extranjeros;
  • Estatización del sistema jubilatorio, aumento de jubilaciones (lamentablemente mancillado por un episodio reciente);
  • Papel Prensa: es inadmisible la posesión de la industria del papel por parte de ciertas empresas del ramo, que fijan el precio para eliminar competidores, como también lo es por parte del Estado, con los mismos riesgos;
  • Puesta sobre el tapete del tema de las retenciones agropecuarias como política fiscal, aunque la Resolución 125 hubiera sido altamente confiscatoria para los pequeños y algunos medianos productores, por imponer una alícuota uniforme (45 para todos es igual a 0 para todos, o sea, parecían los ´90);
  • O bien me olvidé de algunas cosas, o bien no las consideraba como virtudes o aciertos (y en esto no cedo un ápice, es decir, no cambio de opinión por el hecho indiferente a este análisis que es la desaparición física del Dr. Kirchner).
Si esto tiene un fin, es favorecer diálogo y debate, en el "peor" de los casos.
Un abrazo.

lunes, 25 de octubre de 2010

La Estructuralidad de la Coyuntura (o viceversa)





Mariano Ferreyra, militante del Partido Obrero, murió el miércoles 20 de octubre de 2010, acribillado por patotas del sindicato de los trenes, la Unión Ferroviaria.
He aquí la coyuntura, es decir, la situación actual de la cuestión.
Sin embargo, esta muerte no escapa a una situación estructural, de tan larga data que algunos pretenden naturalizar. Pasaremos a explicar.



En términos metafóricos, Ferreyra fue asesinado por una figura jurídica: lo mató la "personería gremial". ¿Qué queremos decir con esto? La estructura sindical argentina, injusta y antidemocrática como pocas, se nuclea en torno a la personería gremial, lo cual significa que el sindicato más representativo (vale decir, con la mayor cantidad de afiliados) de una rama de la actividad económica, y sólo él, tiene la representación absoluta de los trabajadores de esa rama.
Ahora bien, si esto es peligroso respecto de las uniones obreras de primer grado, llega a límites insostenibles en las de segundo y tercer grado (la CGT, dentro de esta última categoría). La OIT (Organización Internacional del Trabajo) viene instando a nuestro país a que aplique el Convenio 87, referido a la Libertad Sindical, que elimina las exclusiones y privilegios entre trabajadores para imponer la igualdad entre las asociaciones representativas propias de ellos (la Corte declaró inconstitucional el Título VIII de la Ley de Asociaciones Sindicales 23.551 en 2008, en el fallo "ATE c/ Ministerio de Trabajo", aplicando tal Convenio en tanto tratado internacional, de jerarquía superior a las leyes).
Se relaciona con esto el pedido inclaudicable de la CTA por su personería gremial, en tanto central representativa de una vasta cantidad de obreros (sin éxito).
¿A qué se debe esto? Pues bien, se debe a que los sindicatos, confederaciones y la Central que están dotados de personería gremial, tienen un cuño tradicionalmente peronista, al igual que el actual Gobierno. A la cantidad de dinero que "mueven", al aparato que controlan, a la lealtad que ofrecen a cambio de favores especiales del poder político cuando éste es peronista, a la fuerza destituyente que ejercen estos pseudo-representantes de los obreros frente a gobiernos de otro signo, entre otras razones, se debe la subsistencia de un sistema tan injusto como el que domina la escena sindical nacional.




No puede comprenderse la muerte de este joven aislada de estos factores estructurales a los que hacemos referencia. Lamentablemente, es otra muerte más relacionada con el aparato cuasi-mafioso (¿cuasi?) que se forma por el entrecruzamiento del poder político, los sindicatos, las barras bravas y la Policía. Pretender entender este hecho sin abrevar en estas consideraciones es tanto como explicar los golpes de Estado basados en que los dictadores los emprenden porque ese día se levantaron de mal humor (por hacer una burda comparación).
La idea de que la organización de los trabajadores dependa de un determinado partido político es deleznable, pues la suerte de aquéllos está atada a la de éstos (recordemos nomás ciertas posturas de la CGT en la década menemista, cuando se quedaba de brazos cruzados frente a los atropellos a los que se sometía a los trabajadores).
Pero lo que es aún más despreciable es que, como en este caso, los sindicalistas salgan a matar ¡para defender a sus empleadores frente a los trabajadores! Si a estos extremos de contubernio hemos llegado en la relación patrón-empleado (canalizada en los gremios antes mencionados, que no responden a la voluntad del trabajador medio sino a las directivas de su Partido y a la propia ambición de sus miembros), es evidente que la misma razón de ser de la existencia de estas agrupaciones se ve pervertida, y su praxis es efectuada en contra de los mismos a los que deben (y dicen) defender.

Hoy más que nunca es necesaria la existencia de libertad, igualdad, pluralidad y democracia sindicales; es menester acabar con los oportunistas, corruptos y burócratas gremialistas que defienden a los patrones y al poder político frente a los obreros, dando vuelta todo fundamento para la existencia de sindicatos y haciendo justicia social a la inversa.

¡Los gremios para los trabajadores! ¡Los corruptos, a la cárcel!

sábado, 9 de octubre de 2010

Informe sobre la polilla

Vi una polilla: marrón. Me pregunté entonces aquello que uno se pregunta cuando ve una polilla (¿será feliz?). En fin, en el universo caben tantas polillas como llaves francesas, y en una polilla bien podría caber el universo, como suele caber en una hoja desprendida de un árbol o en un par de piernas de ganso.
Ahora bien, la armonía que uno encuentra en un invertebrado es difícil verla en una taza de chocolate caliente (quizá en un esfuerzo sobrehumano sí, pero lo considero poco probable). Es tanto como ver normalidad en un ser que se para en dos patas, inventó cientos de idiomas para no terminar nunca de entenderse y cree que piensa; y hasta llegó a construir adefesios que no le dejan ver el amanecer. Es más que curioso.
La polilla no ha llegado a ese extremo. Ella come prendas de vestir, mientras el hombre se mata a sí mismo. Quizá, a pesar de su irracionalidad, ha aprendido a aprovechar mejor su tiempo; quizá esa irracionalidad no es tal. No escribirá poemas de amor, pero se procura su propio alimento y subsistencia. Ello la aleja del psicoanálisis; no lo necesita.
Las polillas europeas suelen comerse a las sudamericanas. No porque sean mejores o más fuertes. Están preparadas genéticamente para eso, mientras sus víctimas no. Pero cuando se cuelan en algún sueño son todas amigas (la vida en sí es sueño, nunca he estado despierto).
La imaginación de la polilla es prodigiosa, han dicho los autores. Una campera de cuero se le asemeja a un asado, los vaqueros son una extraña mezcla entre pizza y excremento de sapo, entre otros casos.
Generalmente, cuando yergue su cola de pavo real, es que se dispone a transformarse en piraña (maldito el que diga que esto es imposible). Y cuando terminar de escribir, lo hace así:

Una sana y profunda crítica progresista a la economía K


Les dejo el documento del CIPSBA (Centro de Iniciativas para el Socialismo en Buenos Aires), respecto de cómo la economía kirchnerista sigue aplicando los principios liberales de Adam Smith, doscientos años después:


No tiene desperdicio, y además es una contribución que no se halla fácilmente en los argumentos de los no kirchneristas (mayormente neoliberales, a ¿diferencia? del Gobierno -y esto no es chicana-).

Dudas, y dudas, y más dudas...









¿El lobby de Magnetto, o el de la Barrick Gold? ¿El de la timba financiera, o el de las agencias de seguridad (en término zaffaronianos)?


Qué difícil, qué difícil...


(si es posible, señores representantes de la voluntad popular, ninguno)

En el fondo, tampoco son tan distintos...


6-7-8 = ¿Menem lo hizo?

Digo, para emparejar...


¿Por qué cuando la Corte dictó el fallo que ordena reponer al Procurador de Santa Cruz, y Aníbal lo tildó de inconstitucional, no asumió la "administración general del país" ?

(NdelaR: ver artículo 100 de la Constitución Nacional)

viernes, 8 de octubre de 2010

¿Quién hubiera dicho?


La Corte Suprema ha hablado. Que no haya dudas, aunque estoy profundamente en desacuerdo con la decisión,
la acepto.

Al Gore, candidato a la presidencia norteamericana
en 2000, luego de que la Suprema Corte le arrebatara
la posibilidad de ser designado Presidente


Lo más triste es que nuestra condición moral es aún más bárbara que la yanqui. Bonafini sabe de qué hablo.

¿Amplitud de miras o caprichos momentáneos?


La gran diferencia entre el oficialismo y la centroizquierda es que ésta es un progresismo con agenda abierta, no estancada en pulsiones efímeras, sino con una mirada coherente y a futuro respecto de la totalidad de las instituciones que conforman la vida social

jueves, 7 de octubre de 2010

Una crítica a Jakobs


Retiré hoy de la Biblioteca Ambulante de la Facultad de Derecho, como preludio a tener que comerme (y junto con) los dos tomos del Tratado de Derecho Civil - Parte Sucesiones de Borda, un texto de Günther Jakobs, "La Imputación Objetiva en el Derecho Penal".
Lo vi flaco, me pareció interesante, y lo saqué. Es un libro bastante claro, aunque en algunas partes se torna un tanto abstracto, particularmente para los que no somos "especialistas" en Penal.

Su interés radica en el desmenuzamiento que hace de la imputación objetiva, una de las partes del tipo penal (más específicamente, del tipo objetivo). Como bien sabemos, hace a la relación causal entre lo producido en la primera etapa (la acción jurídico-penalmente relevante) y el resultado, otro de los elementos del tipo objetivo.
Para los no versados en Derecho, diremos que el tipo (subjetivo, con su subdivisión en doloso y culposo; y objetivo) es el segundo de los eslabones sucesivos, los "filtros", que componen la teoría del delito.
El primero es, lógicamente la acción, es decir, el comportamiento jurídico-penalmente relevante, el ejercicio de actividad final del que nos hablaba Welzel. Luego viene el tipo, que es como decir el ajuste de la acción a la norma penal, objetiva y subjetivamente (en ese orden de análisis).
Luego, tenemos a la antijuridicidad, estadio en el cual se evaluará si la acción típica cae dentro de las causas de justificación (la más conocida socialmente de éstas es la legítima defensa); si no ingresa en su ámbito de aplicación, la acción típica y antijurídica deberá sobrepasar el obstáculo de la culpabilidad, cuarto y último estadio (en la postura que yo acepto, pues no me adhiero a agregar el último estadio de la punibilidad), etapa en la que se analizan las concretas posibilidades de actuar del sujeto activo en las circunstancias en que se desarrolló su comportamiento (u omisión). Si no es exculpado, podremos hablar de acción típica, antijurídica y culpable, o, en términos prácticos, de delito.

Bien, superado este excursus, entraremos en la crítica del libro del autor alemán.
Lo que Jakobs entiende por imputación objetiva de un resultado dañoso es el aporte de un riesgo no permitido en un determinado momento social, que se trasunta en el resultado, es decir, en el delito.
A su vez, sostiene que en el avanzado estado de la técnica que caracteriza a nuestras sociedades, que da lugar a multiplicidad de riesgos, ya sea provenientes de máquinas, de otros objetos o inclusive del comportamiento humano en sociedad, no es posible evitar esa puesta en peligro de bienes jurídicos sin suprimir la libertad del individuo. Por lo que es cuestión de tolerar esos riesgos socialmente permitidos.
Ahora bien, cuando un sujeto supera el ámbito de permisión de la norma, de acuerdo a su rol (que es, en definitiva, el elemento atributivo de ámbitos de permisión en la teoría funcionalista sistémica), un rol enmarcado en una norma, está aportando un riesgo no permitido, una determinada condición que altera la configuración del mundo.
¿Cuáles son los riesgos no permitidos (o prohibidos) para Jakobs? Pues los que exceden del marco de permisión de la norma jurídico-penal, claramente. Todo lo que se mantenga dentro de ella no puede configurar un riesgo prohibido.
He aquí una primera crítica que le efectúo: hay algunas acciones, como conducir un automóvil a una velocidad escasa en una ruta, que bien pueden hallarse dentro del ámbito de libertad creado por la norma y sin embargo pueden causar un riesgo para ciertos bienes jurídicos (la vida, la salud, la propiedad, etc., de los que vienen detrás a velocidad regular). Pues bien, ¿ello no se considerará como puesta en peligro de bienes jurídicos, sólo por estar dentro del marco de libertad que la norma otorga?
Creo que Jakobs no puede dar una respuesta satisfactoria, porque, como dice el maestro Zaffaroni, lo que el autor alemán hace es normativizar los roles. Es decir, pretende configurar la permisividad o no de las conductas humanas en base a lo que prescriba una ley penal, en desmedro de su realidad óntica. En otras palabras, todo lo que esté dentro de la ley no es susceptible de generar riesgo a un bien jurídico, lo cual sólo ocurre cuando se sale del ámbito de permisión de la norma (cosa también discutible en los delitos culposos).

Los supuestos en que Jakobs excluye la imputación objetiva son básicamente cuatro:
  1. El riesgo permitido al que se hacía alusión anteriormente.
  2. El principio de confianza, en base al cual todo ciudadano tiene el derecho de esperar de los demás un comportamiento acorde a derecho, o sea, nadie puede contar con la violación por otro de las expectativas asignadas a su rol.
  3. El caso en que acaece la prohibición de regreso, por haber un comportamiento "estereotipadamente inocuo" que pone una condición para un resultado, pero esa condición es per se permitida. Por ejemplo: el taxista que lleva al homicida hasta la casa de su ex novia, donde la matará, no crea un riesgo prohibido ni tiene por qué suponer que esa va a ser el comportamiento de su pasajero. Y, aunque lo supiera, no se le puede imputar, porque la expectativa que su rol pone en él es llevar al pasajero hasta su punto de destino a cambio de un precio, sin que tampoco sea ensalzado en el caso de que éste efectuara una donación, por ejemplo. La comisión del delito no entra dentro de la parte de la realidad que ambos controlan en común.
  4. Finalmente, la competencia de la víctima, que falta a su deber de autoprotección, poniendo ella misma un riesgo para un resultado socialmente dañoso que la perjudicará; vale decir, cuando se es imprudente.
Finalmente, Jakobs sostiene que no toda es causa es condición adecuada para el resultado, sino la que pone un riesgo prohibido que se concreta causalmente en el resultado delictivo. Por ejemplo: seguramente nadie inculpará a un golpeador porque su mujer, al ser llevada al hospital, se infectó por ser intervenida con instrumental quirúrgico no esterilizado. Más bien la responsabilidad recaerá en el médico y/o instrumentador quirúrgico, que son los que están a cargo del cuidado del bien jurídico vida en el caso concreto, en base a su rol, su posición en la sociedad (que necesita de ellos para dividir el trabajo, pues sino sería imposible el normal desarrollo de las actividades humanas).
Por último, diferencia las condiciones que concurren a un resultado típico en contribuciones del autor, de un tercero, de una víctima o simple desgracia. Bien pueden concurrir todas ellas en un caso determinado, aunque lo más normal sería un fallo de los intervinientes: cuanto mayor sea este fallo, menor es el valor a atribuir a la desgracia; cuando menor sea el fallo, o mayor el respeto de las consecuencias provenientes del rol, más amplio va a ser el ámbito de aplicación del "infortunio" como configurador del resultado que el tipo objetivo prevé.

Apuntes sobre la Libertad de Opinión


¿Cuál es la institución o mecanismo que permitiría realizar todos los cambios profundos que a su vez hagan posible el despegue (...)? Sin lugar a dudas ni el Parlamento, ni el Poder Judicial son hoy por hoy agentes de cambio, sino más bien freno a la transformación y el progreso.
Como Presidente de la República, he constatado directamente todas estas anomalías y me he sentido en la responsabilidad de asumir una actitud de excepción para procurar aligerar el proceso de esta reconstrucción nacional, por lo que he decidido tomar las siguientes trascendentales medidas...



¿Cristina Kirchner?

(No, en realidad la frase pertenece al ex presidente peruano Fujimori, al disolver el Parlamento, en 1992)

Aquí notamos como las ansias de poder hacen presentar a determinados líderes como la única salvación, con prescindencia de los demás poderes, y aun de la ciudadanía.
La acción en sí no es crucial, lo trascendente es el contenido del discurso, no muy diferente de la parafernalia invasiva de los medios de comunicación oficialistas argentinos, hoy en día.

"Desde 1992, se le acusa a Fujimori de iniciar una política de intervención en los canales de televisión y periódicos para obtener el apoyo de éstos para su gobierno y el ocultamiento de actos de corrupción" (Wikipedia).

Si bien la situación no es la misma, y en nuestro caso no hay una intervención directa (si es que no se consideran tales las "particulares" revisiones de la AFIP a Clarín), ni se busca el apoyo de los medios de comunicación a priori, lo que busca hacerse es intimidar a aquellos que quieran ejercer su soberano derecho de criticar al Gobierno, poseedor del poder político y, por ende, obligado a recibirlas.
No estoy abriendo aquí juicio sobre el carácter moral de los dueños de esos diarios, o de su discurso, lo que intento poner de relieve es el acallamiento de las oposiciones que se persiguen por parte de los partidarios de Kirchner, que afectan el derecho a la libertad de expresión de tales empresas.
Lejos estoy de reconocerle a este derecho el carácter absoluto que pregonan los periódicos privados (por oposición a los "públicos", de propiedad directa del Estado o no); en todo caso, la libertad de prensa (artículo 14, Consitución Nacional) se encuentra limitada por las leyes que reglamenten su ejercicio (art. 28) sin eliminar o alterar los derechos reconocidos en la Primera Parte, por lo que la Ley de Medios es para mí de indudable constitucionalidad. Por lo tanto, es indiscutible en cuanto a su legalidad (en términos administrativistas, para mí también está justificada por razones de oportunidad, mérito y conveniencia).
Otra cosa ocurre con Papel Prensa, caso en el cual me opongo firmemente a que el otorgamiento del papel esté en manos del Estado, trátese de cualquier gobierno y de la línea que sea. Eso es lo que persigue la ley de declaración de utilidad pública, dejando en manos del Estado la regulación, con un control a cargo de una Comisión Bicameral a crearse, lo cual favorece el control en caso de que Kirchner logre otra vez mayoría en ambas Cámaras (es notable el cambio de óptica: el año pasado presentaron un proyecto de ley de internas abiertas, para limitar la presentación de otros candidatos peronistas a la elección y dirimir todo en las internas, porque sabido es que quien gane en ellas va a ser casi seguro ganador de las presidenciales generales; ahora presentan proyectos para cuando "ganen").
No se puede estar en contra del estatismo, al menos sin argumentos fuertes, aunque a veces el estatismo mal practicado es peor que dejar la actividad en manos de los privados (cosa ni buena ni mala per se, sino en las determinadas condiciones en que se evalúa). En este caso, es clara la intención del Gobierno de presionar a los diarios con el suministro del papel con el que los mismos se abastecen, tan repudiable como la fijación por tres de éstos de su precio, con el fin de eliminar competencia.

Con mordaza gubernamental, las plumas no escriben ni vuelan, ni tampoco las mentes.

En fin, me parece más correcto expropiarlo por razones de utilidad pública y venderlo a otro empresario. Yo (y seguramente otros más) no quiero pensamiento único ni que me digan cómo tengo que pensar.
No creo, por lo general, en los discursos pretendidamente grandilocuentes (mientras más intenten serlo, más vacíos me sonarán) de los gobernantes, porque detrás de los discursos está oculta la voluntad de poder (en el sentido nietzscheano), que es instintiva, y que muchas veces se disfraza para presentarse con un bonito traje (o a través del papel o la pantalla).
Mientras mayores son las ínfulas, menor es la altura moral y política del gobernante, y así aumenta la distancia respecto de la figura del estadista.
Todo régimen político ha identificado un enemigo, y de esa manera intentó excluirlo de la vida política, y pretender desconocer sus derechos.
Recapacitemos. Todavía hay salida al fanatismo.

PD: no soy gorila, oligarca, corporativo, vendepatria, derechoso, no soy nada de eso. El que quiera contestarme con altura que vuelque una idea concreta. El cassette de los medios kirchneristas carece de ecuanimidad, porque a situaciones iguales las considera distintas (alianza de Menem con Kirchner es insignificante, alianza de los opositores es causal de exclusión de la vida política) y, conforme a antigua definición del jurista romano Ulpiano, no da a cada uno lo suyo, o sea, no está impregnado de Justicia.
Quiérase o no, los medios de comunicación son a nuestra sociedad lo más similar al ágora ateniense.

PD 2: Hacerle el juego a la derecha es también ser amigo de la Barrick, de Cristóbal López, de los empresarios del juego, de Electroingeniería, en fin, de los que sí tienen derecho a ser empresarios por ser oficialistas. A los enemigos ni justicia, decía Perón, y allí puede verse el autoritarismo: para los amigos todo (la torta entera), para los enemigos, nada (ni Justicia, o sea ni derechos, ni posibilidad de defenderlos).
El peronismo se ha caracterizado siempre por clasificar a los sectores y actores sociales (Iglesia, FF.AA., la producción, los medios de comunicación, los sindicatos, etc.) de manera binaria, entre amigos y enemigos. Lamentablemente, con poco y nada de coherencia, pues a lo largo de los distintos mandatos peronistas, ambos han cambiado y han expresado ideologías en ocasiones radicalmente distintas. No veo ya en el PJ ninguna idea-fuerza (el aparato no es una idea-fuerza, aclaremos).
No me extraña que no tengamos democracia sindical. A propósito, me alegró la victoria de Micheli en la CTA, ya que significa un cambio de rumbo respecto del CGTismo oficialista de Yasky; esa no es la función de la Central, aliarse con los que son responsables de su falta de personería gremial y, por ende, de derecho a representación de los trabajadores. Creo que se está yendo por el buen camino.